La preocupación por la centralidad creciente del inglés como lengua académica no es nueva en Iberoamérica. El proceso sostenido de mercantilización de la educación superior y las políticas neoliberales que acompañaron el desarrollo del Estado evaluador (Neave, 1988) favorecieron una internacionalización heterónoma en todo el Sur global. El uso creciente del factor de impacto en las evaluaciones y la jerarquización que los rankings promovieron de las revistas mainstream inclinó progresivamente a las elites académicas de los países no hegemónicos a la publicación en inglés. Ya son varios los estudios que señalan los efectos nocivos de esta tendencia que empobrece culturalmente a la ciencia y la aleja de las necesidades locales (Ortiz, 2009; Helsinski Initiative, 2019). En algunas regiones produjo inclusive circuitos de producción y circulación segmentados lingüísticamente, como ha sido documentado para el mundo árabe (Hanafi y Arvanitis, 2014).
El informe mundial publicado recientemente por la UNESCO (2021) señala las desigualdades producidas por la mundialización del inglés como lengua de publicación y observa sus efectos según las regiones: la hegemonía del inglés parece haberse profundizado respecto del informe anterior. Por su parte, la Organización de Estados Iberoamericanos realizó un estudio que tuvo bastante repercusión porque se informaba que en 2020 el 95% del total de artículos publicados en revistas científicas estaba escrito en inglés y únicamente el 1% en español o en portugués2. Solo el 13% de los científicos de España habían publicado sus trabajos en español, el 12% de los residentes en México, el 16% de los chilenos, y con porcentajes en torno al 20% los de Argentina, Colombia y Perú. La situación del portugués se anunciaba como un poco más compleja porque, escasamente, el 3% de los investigadores portugueses y el 12% de los brasileños eligieron su lengua materna para publicar sus trabajos, los demás lo hicieron en inglés.
Este paisaje tan heterónomo deja poco margen para imaginar una transformación de estas tendencias. Sin embargo, se construye con bases de datos de sistemas de indexación como Scopus o WoS-Clarivate que responden a la industria editorial, cuyos sesgos geográficos y lingüísticos ya han sido ampliamente analizados (Archambault, Vignola-Gagné, Côté, Larivière y Gingras, 2006; UNESCO, 2010). Estas investigaciones muestran una parte de la realidad, pero oscurecen una considerable actividad intelectual que continúa desarrollándose en el mundo, en muchas lenguas, evidenciando el valor que éstas tienen para escritores y también para lectores. Esta realidad global del multilingüismo, que atraviesa distintas esferas, no solo la académica, pone en cuestión la naturalización del inglés como la lengua privilegiada de publicación (Curry y Lillis, 2022). Por otra parte, sabemos que el libro sigue desarrollándose en el mundo académico y las prácticas de bibliodiversidad emergen cuando se observan las trayectorias completas de los investigadores (Engels et al, 2018; Mounier y Dacos, 2010).
Es decir, nadie duda que la hipercentralidad del inglés es una realidad, pero hay evidencias suficientes para afirmar que no es la única realidad. Por eso resulta de fundamental importancia observar la diversidad de producción de conocimientos existente en la periferia auscultando todos los circuitos de publicación a partir de nuevas fuentes. En este trabajo nos proponemos analizar la diversidad lingüística existente en Iberoamérica, reconociendo el avance de las publicaciones en inglés, pero también la resiliencia del español y el portugués. Comenzamos con una mirada a las lenguas de publicación que se nutre de estudios empíricos sobre trayectorias de investigadores y sus corpus completos de publicación, el único modo de superar las limitaciones antes señaladas. Procuramos complejizar el análisis de las lenguas considerando la espacialidad, detectando los circuitos nacionales en los que se observa una transición de las revistas propias al idioma inglés, y diferenciando aquellos en los que la publicación en inglés es predominantemente en revistas extranjeras. Seguidamente analizamos la infraestructura de edición disponible en la región y los sistemas de información científica que permiten visualizar y potenciar esta producción multilingüe. Finalmente, abordamos la necesidad de modificar los sistemas de evaluación académica y su especial potencialidad para alinear los incentivos hacia una ciencia bibliodiversa, abierta al mundo, pero sin perder sus anclajes.
La publicación en inglés en la comunidad académica Latinoamericana
La capacidad de escribir y publicar una producción académica en un idioma distinto de la lengua materna está estrechamente vinculada con la disciplina y la localización espacial de la institución de afiliación de las personas. Ya varios estudios han demostrado que la escritura en inglés no surge simplemente del despliegue de aprendizajes básicos de comunicación, sino que se trata de un conjunto más amplio de capacidades (Lillis y Curris, 2010; Chardenet, 2012). Lo que Gerhards (2014) llama el «capital lingüístico transnacional» —cuya máxima acumulación reporta el inglés— no se adquiere meramente con el entrenamiento típico de la socialización primaria. Confluyen para su dominio técnico la formación académica, la intervención de directores o colaboradores nativos que corrigen o traducen, cuyo acceso se define según el capital académico y social de los equipos de investigación y sus redes internacionales (Beigel, 2017). La acumulación de estos recursos y la viabilidad de adquirir estas disposiciones a la escritura en inglés explican la circulación desigual que se registra entre académicos de un mismo país y una misma disciplina, así como contribuye a explicar las asimetrías de género. Así, un investigador afiliado a una universidad de Estados Unidos o el Reino Unido tiene una ventaja competitiva, una mayor facilidad para publicar en el universo mayoritario de revistas en inglés incluidas en las bases de datos mainstream, dado su manejo del inglés como lengua nativa y su formación académica en ese idioma. En cambio, para una investigadora china, rusa o colombiana, publicar en inglés implica un intenso aprendizaje, una inversión de recursos financieros en traducción, además de tiempos adicionales, por no hablar de la necesidad de adaptarse a determinados debates y una literatura que no coincide con el mapa de sus lecturas previas, y que también está en inglés.
A estas desigualdades de base, en las que el capital lingüístico transnacional juega un papel clave para la entrada o permanencia en un determinado circuito académico, se suman otras estructuras que definen en buena medida el margen de maniobra que los investigadores de países no-hegemónicos tienen para escribir en sus idiomas nativos. Nos referimos a las políticas de ingreso y promoción que centran sus indicadores de evaluación en el factor de impacto de las revistas antes que en la valoración de la calidad/originalidad de cada artículo o capítulo publicado. Así, los rankings de revistas, y su peso en los rankings universitarios han tenido un efecto nocivo en el multilingüismo de la producción y de la edición científica, torciendo las estrategias de publicación en torno de las revistas en inglés. Otro efecto directo se relaciona con la desvalorización de las revistas nacionales que frecuentemente pierden apoyo de la comunidad y respaldo institucional, con lo que se cierran órganos de comunicación científica que vinculan de manera más directa a las universidades con su entorno y le impulsan a desarrollar conocimiento socialmente relevante. Esto mismo movilizó a muchas revistas a cambiar su idioma nativo por el inglés.
Los estudios comparativos que venimos realizando entre Chile, Argentina y Brasil nos muestran un elemento común: los investigadores de los tres países comparten la percepción de que publicar en inglés es muy importante para avanzar en la carrera académica y, en su gran mayoría, tienen o desean tener publicaciones en inglés. En la Encuesta sobre capacidades lingüísticas e internacionalización entre el 92 y el 96% del total de los encuestados de los tres países declararon haber publicado, al menos una vez, en aquella lengua. Muchos, inclusive, respondieron que tienen gran parte de su producción en inglés (Beigel, Almeida y PIovani, 2022). Ahora bien, cuando se analizaron los currículums completos de estas personas, a pesar del peso tan grande del inglés en las autopercepciones, se observó una presencia importante de publicaciones en español o portugués. Esto se dio en todas las áreas científicas, y con una significativa relación con las publicaciones en revistas del propio país, con lo que emergieron perfiles más diversos de los esperados en estas elites académicas con una integración plena en circuitos mainstream. Al comparar entre los tres países, la distribución de los individuos que tienen al menos una publicación en el idioma nacional, la más baja es en Chile (49%), le sigue Argentina con una importante porción (75%) y la más alta es en Brasil, donde la gran mayoría tiene al menos una publicación en portugués (Beigel y Bringel, 2022).
Observemos ahora la diferencia entre publicación en idioma nacional y publicación en revista nacional, que muestra algunas especificidades para Argentina. Para Brasil, el estudio detectó un 40% de investigadores que tienen más de la mitad de sus publicaciones en el país, mientras que para Argentina solo 10% tiene más de la mitad de su producción en libros o revistas nacionales. Chile, por su parte, una proporción semejante del 15%. El grupo de investigadores brasileños presenta, además, el porcentaje más bajo de investigadores sin publicaciones nacionales (4%). Entonces, si en Argentina encontramos un 75% de investigadores que formaron parte de la encuesta con publicaciones en español, la pregunta es ¿por qué se produce esta disminución tan abrupta cuando consultamos por las apariciones en revistas nacionales? La respuesta está en la conjunción de varios factores. Por un lado, aunque en este país no hay un sistema salarial estratificado según productividad ni incentivos directos a la publicación mainstream las revistas nacionales indexadas en Scopus o WoS son excepcionales y escasas, siendo la mayoría indexadas en Latindex. Por último, el CONICET valora en sus procesos de evaluación para las ciencias sociales y humanas las publicaciones en revistas indexadas en América Latina, con lo cual, una parte de las publicaciones en español se encuentran en ese circuito y conforman una tendencia de internacionalización regional importante (Baranger y Beigel, 2021).
En contraste, para el caso de la población chilena encuestada en ECAPID, Ramos (2021) señala que las transformaciones institucionales de signo neoliberal que promovieron la publicación en revistas mainstream llegaron temprana y consistentemente a ese país, y transformaron significativamente la dinámica de la investigación científica. Como resultado, actualmente los científicos chilenos constituyen una población bien adaptada a la internacionalización y a su regulación expresada en las indexaciones del mainstream global. El sistema de incentivo salarial que tienen muchas universidades chilenas, premiando las publicaciones en WoS-Clarivate con una suma fija, surte como excelente efecto de demostración de este sistema de competencia. Entre 2007 al 2016, las publicaciones WoS y Scopus crecieron alrededor del 40% en todo el globo, mientras para Chile, su aumento fue aún muy superior: más del 140%.
Una mirada a las producciones completas de una comunidad académica implica la observación de los libros, que siguen teniendo una incidencia relevante en las prácticas de publicación de los investigadores, pero poca participación en las bases de datos internacionales. Para Argentina, pudimos verificar que un 61% de los investigadores tenían al menos 1 capítulo de libro publicado en español, y en Brasil 74%. La presencia de otros idiomas como francés, italiano y alemán, es mínima en todos los tipos de publicación: solo en las humanidades tiene alguna presencia.
La infraestructura de comunicación latinoamericana y la producción en lenguas propias
El avance del inglés como lengua académica dominante no es un fenómeno independiente de otros factores que construyeron un sistema académico mundial altamente jerarquizado tal como hoy lo conocemos, con sus centros dominantes que acumulan prestigio, lazos de colaboración y citaciones (Schott, 1988; Guédon, 2011). La extensión a diferentes partes del globo de una noción de excelencia atada a la publicación mainstream se consolidó, en buena medida, gracias a la valorización de estas revistas en los sistemas de evaluación de individuos y por el empeño creciente de las instituciones en mejorar sus posiciones en los rankings universitarios. Hamel (2017) sostiene que la consecuencia de esa creencia cada vez más generalizada en la bibliometría fue la separación del campo de la producción —donde se produce en las lenguas propias— respecto del campo de la circulación —restringido cada vez más a las publicaciones en inglés. Aun en comunidades académicas con un campo de investigación altamente desarrollado, esta segmentación lingüística entre la producción y la circulación explicaría, por ejemplo, el papel marginal del chino, el japonés o el propio francés en el ámbito de las publicaciones académicas.
Ahora bien, la observación empírica que venimos desenvolviendo en estos años muestra que en el campo de la circulación existen varios espacios que conviven conflictivamente y no hay una cooptación completa por parte de las revistas indexadas en WoS y Scopus. Uno de estos circuitos, quizás el más relevante, se compone con las revistas editadas en América Latina, cuya desvalorización por parte de los sistemas de evaluación no ha conseguido evitar que muchos científicos sigan apostando por ellas. Estos circuitos siguen vivos porque en esta región hay un espacio de indexación profesionalizado, con décadas de existencia, que ofrece una infraestructura de comunicación con sus propios repositorios regionales, nacionales e institucionales que avanzan hacia una creciente integración. Lo mismo ocurre con la publicación en libros que sigue evidenciando su dinamismo en una región con una larga tradición editorial.
Todos los países de América Latina y el Caribe han hecho importantes esfuerzos, desde mediados del siglo XX, para desarrollar sistemas de información nacionales, creando tempranamente consejos de investigación y centros de documentación conducidos por bibliotecarios entrenados que han aplicado las tendencias internacionales en materia de catalogación bibliográfica. Las grandes universidades públicas y las instituciones regionales contribuyeron a la creación de precursoras bibliotecas digitales y sistemas de indexación con una amplia cobertura de disciplinas científicas, como BIREME (1967), Clase (1975) y Periódica (1978). Con la aparición de Latindex (1994), SciELO (1998) y Redalyc (2003) se promovió la digitalización de las revistas y se otorgó un sello de calidad a la producción publicada e indexada en la región. Con una fuerte impronta pública y el compromiso de la mayoría de los gobiernos en los nodos nacionales de Latindex y SciELO, estos recursos representan un espacio de fundamental importancia para el desarrollo del acceso abierto no comercial al conocimiento científico en la región. Tres países aprobaron leyes de repositorios y acceso abierto entre 2013 y 2014 (Perú, Argentina y México) y otros fueron avanzando en esta misma dirección a través de distintos instrumentos. La infraestructura de ciencia abierta avanza a pasos firmes, como veremos más abajo, con los proyectos de CRIS3 nacionales en Brasil y Perú (FOLEC, 2021). Todos estos espacios de comunicación constituyen fuentes fundamentales para impulsar el multilingüismo, no sólo para las lenguas oficiales, sino con un potencial para promover también la circulación de producciones en lenguas autóctonas. Para avanzar en esa dirección se puede explorar la producción de las universidades indígenas, por ejemplo, de la zona andina, o en los proyectos de ciencia participativa que comienzan a proliferar en distintos rincones de la región.
Una de las limitaciones principales de los estudios basados en Scopus o Web of Science (hoy Clarivate) es que desconocen la envergadura de este circuito regional de publicaciones científicas, que constituye una tierra fértil de circulación de la producción en español y portugués. Allí funcionan miles de revistas que son, además, gestionadas por la propia comunidad académica y no por las editoriales comerciales, comenzando por las revistas indexadas por SciELO y Redalyc y siguiendo con Latindex y BIBLAT de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Juntos, estos sistemas de indexación reúnen por lo menos 4.000 revistas indexadas. Menos conocido, BIBLAT está basado en los sistemas de indexación más antiguos de América Latina (Clase y Periódica). Un papel fundamental para la difusión del conocimiento producido y publicado en la región lo cumple la Federación de Repositorios LA Referencia que reunía para 2021 tres millones de documentos, de los que casi un millón y medio son artículos, cosechados por 790 instituciones. De estos, 367.517 artículos están en español, 531.981 en portugués y 353.318 en inglés. Como vemos, el multilingüismo es el sello de estos servicios de indexación creados y desarrollados en América Latina.
Por otra parte, tanto en la península Ibérica como en América Latina hay una larga tradición editorial y también una activa política de traducciones. Aunque no existen todavía datos regionales para conocer en profundidad la producción de las editoriales universitarias, los estudios disponibles muestran que existen por lo menos 143 editoriales activas relevadas recientemente en América Latina (Giménez Toledo y Córdoba Restrepo, 2018). La mayoría de ellas mantiene una tradición de publicación en papel y es todavía muy reciente el libro electrónico, un tanto por la escasez de recursos y otro tanto por la cultura dominante en la comunidad académica que moviliza temores en los autores a perder su propiedad intelectual. En la publicación de libros digitales para las ciencias sociales y las humanidades destaca CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), con una larga y prolífica tradición editorial, precursora de la publicación en acceso abierto no comercial, es decir, a la vanguardia de lo que más recientemente se denomina acceso diamante (gratuito para autores y lectores). En el total de libros digitales publicados por el Consejo predomina el idioma español (2.345/3.200).
Una distribución lingüística inversa, que arroja un lugar de peso para el portugués en la producción de libros, surge de la colección SciELO Livros cuyo catálogo es muy importante para ser una iniciativa reciente, abierta en 2014. La diferencia con el catálogo de libros de CLACSO es que la colección brasileña nació con evaluación de pares y tiene como meta la difusión de conocimientos científicos con un potencial de valorización en los sistemas de acreditación académica. En cambio, los libros que no garantizan la evaluación de pares difícilmente logran valor en los procesos de evaluación de carrera o de instituciones. SciELO Livros, así, fortalece las capacidades e infraestructuras de edición electrónica para todos los países que participan de la Red SciELO, contando con el apoyo de FAPESP (Fundação de Amparo a Pesquisa de São Paulo) y la cooperación técnica de BIREME (Centro Latino-Americano e do Caribe de Informação em Ciências da Saúde). En este proyecto colaboran principalmente las editoriales: FIOCRUZ (Fundação Oswaldo Cruz), UFBA (Universidade Federal da Bahia), UNESP (Universidade Estadual Paulista) y BIREME, que coordinó el proyecto piloto.
En el ámbito de la edición latinoamericana sumamos otro importante nodo de edición de libros digitales en acceso abierto gestionado desde Ciudad de México. Nos referimos a UNAM Libros que nació en 2015, a partir del acuerdo por el que se establecieron los Lineamientos Generales para la Política de Acceso Abierto de la Universidad Nacional Autónoma de México para la publicación libre y gratuita de libros electrónicos universitarios, con licencia de distribución Creative Commons CC BY-NC-ND 4.0. En este repositorio las entidades universitarias editoras publican de forma libre y gratuita todos aquellos libros que, de acuerdo con su naturaleza académica y de investigación, así como a los intereses de los autores, los comités editoriales consideren idóneas para su distribución en un modelo de acceso abierto. Actualmente, http://www.librosoa.unam.mx alberga más de 1.400 títulos de libros en diferentes formatos (EPUB, PDF y MP3), todos ellos disponibles para su descarga libre y gratuita a través del sitio. La evaluación de pares que garantiza la calidad científica de los libros publicados está coordinada por el Consejo de Publicaciones Académicas y Arbitradas y la Red de Directores y Editores de Revistas Académicas y Arbitradas en la UNAM, cuya reglamentación y criterios puede verse en https://publicaciones.unam.mx/servicios/es/acuerdo-del-consejo-de-publicaciones-academicas-y-arbitradas-de-la-unam
Conclusiones. Des-alienar la evaluación académica para promover una ciencia abierta enraizada y multilingüe
El informe sobre diversidad lingüística en la ciencia difundido recientemente por la OEI, y comentado al comienzo de este trabajo, alertaba sobre la presencia creciente del inglés como lengua de producción de los investigadores iberoamericanos. Para evaluar esa incidencia tomamos estudios empíricos de trayectorias completas de publicación en los universos más internacionalizados de investigadores de Chile, Brasil y Argentina, con el fin de complejizar aquel panorama desolador y heterónomo. El peso del inglés en la publicación de artículos científicos se verificó como relevante, aunque de modo inverso apareció como marginal en la publicación de libros. Desplegar la multi-escalaridad observable incluso en las trayectorias de las elites más integradas al sistema académico mundial desde hace décadas, permite conocer la bibliodiversidad existente y ayuda, además, a pensar políticas alternativas para reconstituir el lazo entre el ámbito de la producción y la esfera de la circulación.
Por otra parte, analizamos la incidencia de las revistas nacionales en estas prácticas de publicación, un fenómeno que se observa con especial importancia en Brasil, al compás del tránsito de muchas de esas publicaciones al inglés. Estos elementos señalan que la situación del portugués requiere un diagnóstico más detenido para unas políticas más focalizadas, que atiendan adecuadamente los requerimientos de comunidades académicas históricamente insulares. Adicionalmente, el crecimiento en este país de las revistas de acceso abierto con pago de APC nos conduce de lleno a la necesidad de avanzar en políticas de sostenimiento de las revistas universitarias, y a la necesidad de crear instrumentos de financiamiento de la traducción para promover revistas multilingües.
En esa misma dirección, la edición de libros se encuentra en una encrucijada, por cuanto la edición en portugués, en formato digital y en acceso abierto, se estimula principalmente desde SciELO Livros, y la edición en español en CLACSO y UNAM Libros, pero no existen políticas de edición bilingüe en los nodos editoriales analizados, con honrosas excepciones que no dejan de ser casos aislados. Tampoco la edición académica en español se puede definir como una tendencia pujante. El mayor empuje se encuentra en las ciencias sociales y humanas a través de los esfuerzos de CLACSO, nodos dinámicos como UNSAM y otros que surgen en el marco de EULAC, la asociación que agrupa a las redes de editoriales universitarias de los distintos países de América Latina y el Caribe. Pero sigue siendo difícil avanzar en las editoriales universitarias hacia el libro digital y modificar los modelos tradicionales. Estas editoriales muchas veces tienen aspiraciones de superar la frontera académica, produciendo libros para públicos más amplios, lo que las sitúa en una bisagra entre la edición comercial y la edición académica.
Junto con la mirada de las trayectorias de publicación también repasamos la infraestructura que ofrece América Latina para la circulación de la producción científica en español y portugués. Particular relevancia tienen los sistemas de indexación que han dado un sello de calidad y profesionalización a más de 7.000 revistas académicas de todas las áreas científicas, como puede observarse en Latindex, Biblat, SciELO y Redalyc. LA Referencia aporta un acervo de artículos y bancos de tesis de posgrado con una composición importante de textos en portugués. Y en su carácter de Federación de repositorios tiene el potencial tecnológico e institucional para convertirse en un instrumento primordial en la transición a una ciencia abierta construida sobre infraestructuras de dominio público. Inclusive se ha planteado que puede ser el eje articulador de un proyecto de CRIS latinoamericano (FOLEC, 2021).
Ahora bien, cabe hacer una pregunta que no es nueva, pero retorna ineludiblemente: ¿por qué en esta región que tiene una infraestructura de comunicación científica propia y un desarrollo científico principalmente impulsado por fondos públicos, sus investigadores prefieren publicar sus artículos en inglés, en revistas indexadas en Scopus o Wos? ¿Hay una falla endógena que no nos permite resolver de una vez por todas la visibilidad de nuestras revistas y libros? ¿Qué será del portugués académico si se sigue impulsando en Brasil la transición de las revistas al inglés? Existe una relación causal en este estado de cosas, que se resume en una suerte de alienación que existe entre el potencial de producción de conocimientos, la infraestructura pública disponible y el sistema de recompensas que nuestras propias instituciones y países promueven. La llave del viraje que necesitamos está guardada en los sistemas de evaluación académica y si continúan con la mirada puesta en los rankings todo seguirá igual. Si, en cambio, se gira esa llave para fomentar la bibliodiversidad y la multiescalaridad de la circulación, podrán enderezarse hacia una ciencia más relevante socialmente. En el Esquema 1 proponemos girar los incentivos de la cultura académica en la búsqueda de una combinación de circuitos acorde a las agendas y necesidades de cada país o institución. Una especie de rueda de la fortuna, como veíamos en algunos programas de televisión, pero esta vez con una recompensa colectiva, regenerativa de nuestro espacio regional multilingüe.
Esquema 1
La rueda que gira la evaluación académica a nivel nacional e institucional
La multiescalaridad y la bibliodiversidad subsisten en la trayectoria de los investigadores, así como existe un circuito regional de comunicación científica multilingüe que se construye desde hace décadas en América Latina. Como resultado de esto coexisten diferentes formas de prestigio académico dentro de un mismo campo nacional, que son resignificadas en las culturas institucionales según su propia historia y morfología. En el esquema 1 graficamos, por un lado, aquel prestigio internacional que nuestras elites globalizadas añoran, pero que por lo general se condensa en un reconocimiento limitado a la escala nacional, otorgado por las agencias de acreditación o por sus instituciones. Un efecto de la heteronomía promovida por el uso, o abuso, del factor de impacto de las publicaciones, que valúa las contribuciones de nuestros científicos fuera de su propio contexto. Por el otro, un prestigio regional construido en la publicación en las revistas iberoamericanas, que evidencian un diálogo fructífero en español y portugués, pero que por lo general se desvalorizan a la hora de otorgar puntajes para un concurso de proyectos o un cargo de investigación. Este circuito dispone de toda la infraestructura necesaria para ser potenciado si nuestros gobiernos y universidades comienzan a alinear sus incentivos hacia la publicación en revistas de acceso abierto no comercial. Esta revalorización de la regionalización como una forma legítima de internacionalización de ninguna manera debe afectar la participación de nuestra comunidad académica en la conversación mundial de la ciencia. Para ello resulta indispensable una política decidida de traducción que promueva circulación global de nuestra producción sin resignar nuestras lenguas nativas y que coadyuve en una metamorfosis hacia revistas plurilingües.
Finalmente, cabe señalar que también subsisten muchos circuitos locales, nutridos por grupos académicos menos internacionalizados, que en otros trabajos elegimos llamar académicos «Calibanes» y que construyen formas de prestigio institucional, valiosas en su entorno inmediato y para las comunidades locales (Beigel, 2017). En estos espacios se co-producen conocimientos que emergen de la docencia y la extensión universitaria, una tradición robusta que nutre miles de revistas no indexadas que sobreviven en nuestra comunidad académica. La ciencia ciudadana y participativa, que puede florecer en este continente con especial vigor, vendrá de la mano con una revalorización de esas interacciones comunitarias que la universidad latinoamericana viene desarrollando desde hace más de un siglo. Pero estas nuevas perspectivas dependen de una transformación de los sistemas de evaluación académica, un giro indispensable para potenciar la bibliodiversidad y promover el multilingüismo, transitando así nuestro propio camino hacia la ciencia abierta.
Fuentes citadas
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1 La autora desea agradecer el apoyo de fondos públicos de Argentina recibidos del CONICET (PIP 2020-0974) y de Francia: Women and Science Chair, a Paris Dauphine-PSL University Chair, en colaboración con la Fondation l’Oréal, La Poste, Generali France, Safran and Talan.
2 Cfr. https://elpais.com/ciencia/2021-07-27/la-dictadura-del-ingles-en-la-ciencia-el-95-de-los-articulos-se-publica-en-esa-lengua-y-solo-el-1-en-espanol-o-portugues.html
3 Los CRIS (Current Research Information Systems) son sistemas que sirven para recoger y difundir toda la información relacionada con las actividades de investigación de una institución y/o un país. Se empezaron a crear en Europa durante los años 90 y se fueron extendiendo a partir de la necesidad creciente de articular dos fuentes de información por lo general poco integradas: a) los sistemas de información curricular de personas y proyectos y b) los repositorios institucionales, que cuentan con los contenidos de la producción científica a texto completo. Al respecto puede verse la herramienta 1 de FOLEC https://www.clacso.org/herramienta-1-los-sistemas-cris-su-potencialidad-para-visibilizar-diversas-formas-de-produccion-e-impulsar-nuevas-modalidades-de-evaluacion/