Por Hector Maccise Rojo
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I
Mi editor me rogó que escogiera otro tema. Tuve peleas que estuvieron a punto de llegar a los golpes con el mismísimo dueño de el periódico:
—No queremos meternos en esta controversia —me decía.
Me han llamado mis padres, mis hermanos y mis amigos a rogarme que no haga esto:
—Mejor habla de religión —me dicen unos —es menos controversia.
—Te van a correr por andar provocando a la gente —me decían otros.
¿Pero, saben que? Nada de eso me ha quitado las ganas de hablar de uno de los temas mas temibles y divisorios hoy en día. Nada de eso me ha quitado el hambre que tengo de informar a mis lectores con la verdad. Pues creo firmemente que la humanidad necesita ponerle fin a un debate que ha dejado mas heridos que cualquier revolución. Hoy contesto la pregunta: «¿Llevan queso las quesadillas?»
Como prefacio me gustaría informar, primero que nada, que yo soy chilango de hueso colorado y por lo tanto, mis creencias y costumbres me obligan a tomar la postura de que las quesadillas no tiene que llevar queso. Sin embargo, prometo que tratare de hacer que mis ideas personales no tinten esta nota.
II
Para los que no conozcan del tema, su controversia y su importancia, déjenme decirles que me da mucha pena su triste existencia y luego felicitarlos por tener mejores cosas que hacer en la vida que pasarse horas discutiendo sobre la controversia etimológica de un simple platillo. Pero bueno, les explico.
En la Ciudad de Mexico es bien sabido que si uno va a un puesto o a un restaurante y pide una quesadilla de algo, digamos flor de calabaza, la persona que le tome la orden probablemente le preguntará:
—¿Con queso o sin queso?
A lo que un decente chilango responderá una de dos cosas:
(1) —Si, con queso por favor.
(2) —No, muchas gracias, sin queso.
Sin embargo, en muchos otros lugares de el país, la quesadilla y el queso son inseparables, y en cuanto alguna persona de aquellos rumbos llega a la Ciudad y le ofrecen una quesadilla sin aquello que ellos consideran el «elemento fundamental», llega el shock. Probablemente, la cosa no sale de una cotorra anécdota sobre «las cosas raras de los pinches chilangos». Sin embargo, hace poco tiempo, comencé a notar que el debate crecía y crecía en redes sociales: conmocionando a todo el país y levantando de su somnolienta ilusión a muchos chilangos que dudaban como aquel pez al que le preguntan «¿Que es el mar?».
El debate, he notado, se divide en tres campos:
1 Estructuralismo progresista: «las quesadillas no tienen por que llevar queso ya que pueden existir quesadillas de otros ingredientes y el queso no es parte de lo que hace una quesadilla una quesadilla. Sin embargo, existen ingredientes y procesos específicos que hacen una quesadilla una quesadilla.»
2 Estructuralismo conservador: «las quesadillas tienen que llevar queso por que así se ha hecho siempre y la palabra queso es parte de su nombre.
3 Deconstucciónistas: «las quesadillas pueden ser lo que cada a quien decida. De hecho, mi quesadilla favorita no tiene ni tortillas, ni queso, ni ningún otro ingrediente comestible. Mi quesadilla favorita es una lamina de metal con aceite de carro.
Yo no apoyo a ninguna causa, pero creo firmemente que, para llegar a la verdad, hay que analizarlas todas. Sin embargo, antes de construir hay que destruir. Por lo tanto, primero desmenuzaremos los argumentos que estos campos usan para justificar su postura. Después, construiremos una propia.
III
Estructuralismo progresista:
Argumento #1: La RAE ya dio una definición de las quesadillas y en esta no se menciona el queso.
Vayamos directo a su esta famosa definición de quesadilla: «Tortilla de maíz rellena de queso u otros ingredientes que se come caliente». Al repetir la las últimas palabras de esta definición, muchos podrían decir: «Fin de el debate». Sin embargo, esta definición, como casi todas las que tiene la RAE, o cualquier otro diccionario, es incompleta, restrictiva y en general mala.
Primero, “tortilla de maíz” ¿Por que? ¿Que no puede ser con tortilla de harina? Yo muchas veces hago mis quesadillas con tortilla de harina. Es más, yo prefiero mis quesadillas así. Y no creo ser el único. Si ahorita busca “quesadilla” en Google se dará cuenta de que las primeras 18 imágenes que aparecen son todas de quesadillas con tortillas de harina. Y no es que me gusté otorgarle el laurel de la verdad a una compañía Americana, pero, ¿cual es la necesidad de especificar?
La otra parte de esta definición, que entiendo un poco mas de donde viene, pero que de igual forma no me gusta: “se come caliente”. Y es que si me apego a las creencias lingüio-facistas de aquellos que claman que lo que diga la RAE es ley absoluta, entonces, si me preparo una quesadilla y me siento a ver una película, y al terminar está se ha enfriado, ¿ya no es una quesadilla? ¿se ha transformado mi cena en otra cosa? ¿Creen que peco de pedante?, pedantes ellos que usan la temperatura de algo para querer definir su clasificación como si fuera hielo.
En fin, creo que ante tan pobre e ilusa definición, haríamos bien en regresarla a aquel lugar donde toda definición de diccionario usualmente reside: la sombra del olvido y la irrelevancia— irrelevantemente se su posición y la nuestra ante el presente debate.
Argumento #2: «La palabra quesadilla no viene de la mezcla de ‘queso’ y ‘tortilla’. Quesadilla viene de la palabra náhuatl ‘quetzaditzin’ que significa tortilla doblada.»
Aunque sea un simple y vil meme creo que es importante explicar por que esto no es correcto. Primero, la palabra náhuatl para tortilla es tlaxcalli. Segundo, lo que nosotros conocemos como la letra D no existe en el nahuatl. Tercero, los productos hechos a base de leche, como el queso, fueron traídos por los españoles a Mexico. Por lo tanto, aunque es posible que durante la conquista alguien se pudo haber echado unas sabrosas quesadillas, es difícil pensar que su adaptación fuera tan inmediata como para resultar en la creación de una nueva palabra.
VI
Estructuralismo conservador:
Argumento #1: «La palabra quesadilla es una mezcla de tortilla y queso. Esta hasta en el pinche nombre, no sean estúpidos, una quesadilla debe de llevar queso.»
Tienen razón, pero como todo en la vida, es más complicado que eso. Para empezar, existe un debate muy grande sobre el origen de esta palabra. Una de las teorías que me más me gustan dice que viene tortilla y queso, y que esa ‘D’ se incorpora como homenaje a la forma que dicho platillo tiene. Sin embargo, hay muchas más teorías. Una se remonta a la época previa al español estandarizado, y argumenta que, en 1607, cuatro años antes de que Sebastian Covarrubias compilara el primer diccionario del español, en un diccionario bilingüe francés-español, aparece la palabra quesadilla traducida como «un tartele de fromage [tarta de queso]». En el «Tesoro de la lengua castellana», la famosa obra de Covarrubias, también hace una aparición ‘quesadilla’ en la entrada de queso: «Quefadillas, vnas tortas maffadas có quefo». Y en otros diccionarios de la época vemos más entradas de quesadilla como sinónimo de quesada (un postre similar al pastel de queso). Más tarde, en 1737, entra la RAE y dice que ‘quesadilla’ significa «cierto genero de pastel compuesto de queso y massa, que se hace regularmente por carnestolendas [fiestas]». Y si nos vamos más atrás, al entrañable año de 1490, en el ‘Universal vocabulario en latín y en romance’ de Alfonso de Palencia, encontramos una mención de las quesadillas: «Artocrea es empanada de carne como artotira es empanada de queso que dezimos quesadilla.»
En fin, nadie sabe de donde vino la palabra exactamente. Si nos remontamos al diccionario nos damos cuenta de que es igual de correcto argumentar que vino de un pastel a que vino de la mezcla de las palabras queso y tortilla. Sin embargo, como dijo Heidegger: «todo es correcto, nada es verdad».
VII
La verdad es que yo tenia una un argumento preparado en la que tomaba la postura deconstucciónista y decía que las quesadillas en realidad son licuadoras. Sin embargo, justo antes de publicar la nota, llegó nuestro becario corriendo a las oficinas del periódico. Venía de la biblioteca central de la UNAM con un antiguo pergamino en mano y el corazón a punto de saltarle del pecho.
Tomo aire y entre respiraciones nos dijo:
—¡Deténganse, deténganse, he encontrado la verdad!
Asombrados por su atrevimiento tomamos el pergamino y lo desenrollamos en la mesa. Nos sorprendimos todos cuando vimos el título que este llevába: «Platon: sobre las quesadillas.»
Nos abrazamos, y celebramos. Le pidió al dueño que le diera una compensación por su descubrimiento, y se lo dieron en forma de un abrazo. Y sin más, ahora puedo presentarles a ustedes, por primera vez desde hace de 2000 años, el dialogo perdido en el que Socrates ilumina con la luz de la verdad, la respuesta a esa pregunta que llevamos una eternidad sin poder encontrar: ¿Que es una quesadilla?
VIII
SÓCRATES
Acompañado de Sergio Mayer, el hijo de Aristón, bajé ayer a la iglesia de San Hipólito con el propósito de orar a San Juditas y ganoso al mismo tiempo de ver como hacían la fiesta, puesto que la celebraban por primera vez. Parecióme en verdad hermosa la procesión de los del pueblo, pero no memos lucida la que sacaron unos mariachis. Después de orar y gozar del espectáculo, emprendíamos la vuelta hacia el Zócalo. Y he aquí que, habiéndonos visto desde lejos, según marchábamos en busca de garnachas, Nepomuceno, el de «Quesadillas Lola», mando a su mesero que corriese y nos tomara la orden. Y el muchacho cogiéndome las bolsas con incienso y figuritas, me dijo:
—Dice el señor Nepomuceno que si van a querer sus quesadillas con queso o sin queso.
IX
El dialogo es muy largo y en él se exploran muchos temas. Por lo tanto, saltemos directo a la parte que nos preocupa, esta se encuentra en el Libro III, sección 391b:
Y, llorando y lamentándose con tantos y tales extremos como aquél, preguntó:
—¿Entonces, si las quesadillas no tienen que llevar queso?, dime, oh Sócrates: que es una quesadilla, y no olvides explicar por que la quesadilla sin queso no es solamente un taco.
—Oh Mayer, tan curioso siempre tú. Me encantaría contestar, pero primero contéstame algo para ayudarnos a encontrar lo que buscamos, que si no lo haces, como los ciegos buscando el pan nos encontraremos, ¿tu crees que cada cosa tiene una esencia y dos cosas diferentes no tienen pueden tener la misma esencia por que entonces la llamaríamos una y no dos cosas?
—Me parece que no hay otra forma de la que esto puede ser.
—¿Estas de acuerdo que un caballo es diferente a un burro?
—Por supuesto Sócrates, ¿de que otra manera puede ser?
—¿Entonces estarías de acuerdo que un taco y una quesadilla son diferentes porque si no lo fueran, no habría razón por la cual llamarlos de forma distinta y pediríamos una quesadilla cuando queremos un taco y de la misma forma un taco cuando queremos una quesadilla?
—Estoy de acuerdo, Socrates.
—Y con todo esto en mente, ¿también concederías, que aunque dos cosas compartan partes de su esencia tiene que haber algo que las distinga la una de la otra?
—No entiendo a que te refieras con esto, pues me parece a mi que dos cosas no pueden compartir su esencia por que iría en contra de lo que ya hemos dicho.
—Sea esto, un caballo y un burro son diferentes, ¿pero estarías de acuerdo en que ambos son animales, tienen cuatro patas y la gente los monta?
—Me parece que lo que dices es muy cierto.
—¿Y estas de acuerdo que esas cosas forman parte de su esencia?
—Estoy de acuerdo.
—Por lo tanto, al igual que sucede con los caballos y los burros, las quesadillas y los tacos pueden compartir partes de su esencia sin tener que ser lo mismo, ¿estás de acuerdo en esto?
—Me parece que no hay forma de negar esto sin que se me acuse de mentiroso.
—¿Y, estás de acuerdo también que por lo que ya hemos hablado, el queso no es parte de la esencia ni de los tacos, ni de las quesadillas?
—En eso estoy de acuerdo.
—Pues, exploremos entonces la esencia de las quesadillas, pero primero, me parece que sería mas fácil buscar que es eso que tienen los tacos y las quesadillas en común y, para entender porque la gente insiste en que el queso es parte de la esencia de las quesadillas, veamos también si hay algo más aparte de el queso que haga a una quesadilla una quesadilla.
—Por Zeus Sócrates, me parece una muy buena idea hacer esto en la forma en la que lo has dicho.
—¿Estas de acuerdo que los tacos y las quesadillas, por naturaleza tienen que tener una tortilla?
—Estoy de acuerdo. Y creo, que al contrario de lo que la RAE nos decía hace unos
momentos, la tortilla puede ser de maíz, harina, nopal o hasta de trigo y es más, ni siquiera tiene que ser una tortilla porque existen las quesadillas fritas, que están hechas de masa.
—En esto estoy de acuerdo y, entonces, habría que agregar la masa también. Sin embargo, ¿estas de acuerdo en que un taco y una quesadilla no pueden llevar cualquier tortilla? Por ejemplo, nosotros no clasificaríamos ni de taco ni de quesadilla una que este hecha con una tortilla de huevo como lo es la Española
—Me parece que estás en lo correcto.
—Bien, entonces, por Zeus, califiquemos mejor a lo que nos referimos por tortilla. Yo creo que lo que todas estas tienen en común es que están hechas con masa, ¿te parecería correcto, entonces, decir que tanto un taco como una quesadilla, por fuerza tiene que tener una tortilla de masa o masa?
—Sí
—Bien, entonces podemos aceptar eso con seguridad. Ahora, ¿que otra cosa comparten una quesadilla y un taco?, porque antes de esto hemos estado hablando de una tortilla y solamente una tortilla, no de un taco y una quesadilla, que es lo que estamos tratando de averiguar, ¿no?
—Tu inteligencia, Sócrates, me sorprende. Apoyo tu idea ¿Que te parece si decimos ambas tienen que tener un tipo de relleno comestible?
—Por Zeus Mayer, los Dioses te han premiado con la virtud del conocimiento y lo demuestras en tus observaciones. Las quesadillas y los tacos tienen que tener una tortilla de masa o masa y aparte tienen que tener algún tipo de relleno comestible. Por eso podemos hacer un taco o quesadilla de sal, o un taco o quesadilla de milanesa. Y estamos de acuerdo que el queso no tiene que ser parte de ninguno para ser clasificado como tal, ¿verdad?
—Claro que si, estas en lo correcto.
—Ahora que estoy pensando se me ocurre, Mayer, y dime si me acompañas en esta idea, que aparte de el relleno comestible y la tortilla de masa, las quesadillas y los tacos, tienen que tener únicamente una tortilla, porque en ese caso la llamaríamos sincronizada.
—Sócrates, tu inteligencia es grande, pero no estoy de acuerdo con eso.
—Oh, Mayer, explica por favor porque no estás de acuerdo con esto.
—Porque cuando vamos por unos tacos podemos pedirle al taquero que nos los de con copia y el taco, aunque tenga dos tortillas sigue siendo taco. Sin embargo, la quesadilla con dos tortillas, creo yo, si se le llama sincronizada.
—Estoy de acuerdo con esta idea Mayer, ¿entonces, dirías tú que hasta aquí ha llegado el limite de las cosas que los tacos y las quesadillas comparten?
—Me parece a mi que así es, a menos de que quieras agregar algo más.
—Creo Mayer que efectivamente hemos llegado al fin de lo que podemos considerar las partes de la esencia que comparten los tacos y las quesadillas. Ahora, busquemos juntos Mayer, si es que los dioses nos lo permiten, que es eso que separa lo uno de el otro. Muchos dicen que es el queso, pero como vimos antes no lo tiene que ser por fuerza, ¿estas de acuerdo?
—Sócrates tu explicación parecía haberme convencido de ello, sin embargo, ahora que estamos hablando de estas cosas, a mi mente a llegado la duda, ¿por que si el nombre de la cosa lo dice, esto no tiene que ser parte de su esencia?
X
Les ahorro esa parte, porque ahí son como cinco paginas en las que Sócrates da ejemplos de palabras que han cambiado el significado de sus raíces y pregunta a Mayer que si esta de acuerdo. Mayer solo responde con sus famosos: «Por Zeus, Sócrates me iluminas», «estoy de acuerdo», «si», «me parece que uno no pudiera decir que no sin estar mintiendo» y así. Pero, básicamente, Sócrates argumenta que el nombre de algo es solo un símbolo de esa cosa y la etimología (que en el caso de las quesadillas es más incierta de lo que pareciera) no es relevante. Por ejemplo:
—«Jamás» significaba siempre, en latín se usaba «iam magis» (“ya más”, literal) para decir siempre. Sin embargo, como se usaba mucho para enfatizar semper y nunquam (“siempre” y “nunca”), éste acabo convirtiéndose en sinónimo de la última.
—«Dictador» viene de «aquel que dicta», y se usaba para referirse al magistrado supremo y temporal de los romanos, al que se nombraba en situaciones extraordinarias.
—Siesta se refiere a la hora sexta, que viene de la sexta latina, ósea al medio día. La gente tomaba un descanso después de comer a esta hora ¿Pero, hoy en día no vemos a le gente quejarse de por que una siesta no es al medio día entonces no es una siesta, verdad? Lo que Sócrates quiere dar a entender con esto, es que aunque los cambios de uso de estas palabras suceden por diferentes cosas, el lenguaje es una serie de símbolos que usamos para describir a el mundo y, como con todo símbolo, no importa tanto su concepción si no el uso que la sociedad le da.
XI
Libro VI, sección 788e:
—Me parece que has solucionado mis dudas Sócrates, y ya veo por que el nombre de algo no necesariamente deriva de su esencia o que sea igual de la otra manera. Con esta duda fuera de nuestro camino me gustaría que sigamos con nuestra pregunta inicial sobre la esencia de las quesadillas, si tú te sientes con ánimos de hacerlo.
—Por supuesto Mayer, nada me hará más feliz que llegar al final de lo nuestra duda. Me parece que ahora solo nos queda encontrar que lo que hace a una quesadilla diferente a un taco. Les ahorrare el análisis retórico y las miles de preguntas y se los diré simplemente: ES LA TECNICA DE CALENTADO. Si, esta es la respuesta. Lo que hace una quesadilla una quesadilla es simple y sencillamente el hecho de que una vez que le metemos el ingrediente (queso o no queso) la ponemos a calentar o freír: esa es su respuesta. Por que por ejemplo, si vamos a un restaurante y nos pedimos un queso fundido y se lo ponemos a una tortilla, esto no es una quesadilla. Es un taco de queso fundido. Si tuviéramos una parrilla y volvemos a poner la tortilla con el queso ya fundido, ahí tenemos nuestra quesadilla.
Un poco antíclimatico pero verdadero.
Disfrute sus quesadillas.
Hector Maccise Rojo
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