Investigadores del Departamento de Filología Inglesa de la Universidad de Huelva (UHU) han demostrado que los estudiantes de una segunda lengua mejoran sus habilidades comunicativas en ese idioma empleando actividades guiadas por la música durante su aprendizaje.
Además, el uso de estas herramientas incrementa sus competencias interpersonales y de colaboración con el resto de compañeros, además de «reforzar la tolerancia y empatía hacia los demás en situaciones donde una persona necesita expresarse», según ha informado este martes la Fundación Descubre en una nota.
En concreto, los expertos se han basado en las experiencias de aprendizaje de idiomas mediadas. Se trata de un decálogo denominado ‘MeLLE’ que recopila los parámetros que debe presentar la función mediadora en el aula, es decir, qué factores son necesarios para que un alumno adopte este rol y facilite la comunicación entre emisor y receptor.
El objetivo es evaluar indicadores como la motivación por parte del alumno, su implicación, la tolerancia y la escucha activa, todas ellas relacionadas con el componente afectivo mientras se aprende un idioma. De este modo, según los investigadores, se reduce la sensación de estrés, bloqueo, miedos que surgen a la hora de hablar en público en otra lengua.
Para ello, se han centrado en aquellas acciones donde la música es el método central de la enseñanza de esta segunda lengua con el fin de verificar si son idóneas durante el periodo de aprendizaje, y cómo influye en la mediación.
«La diferencia de un traductor y un mediador es que el primero debe transmitir el mensaje literal del emisor al receptor, mientras que el mediador lo facilita. No se espera que sea una traducción exacta», según explica a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Huelva Esther Cores-Bilbao, autora del estudio.
Así, los investigadores han corroborado que este nuevo indicador juega un «papel esencial» y se evalúan destrezas del alumnado que van más allá de las cuatro habilidades básicas del lenguaje –lingüísticas, escritura, compresión lectora y escucha activa–, como recogen en el estudio titulado ‘A Music-Mediated Language Learning Experience: Students’ Awareness of Their Socio-Emotional Skills’, coordinado por la catedrática Carmen Fonseca, de la Universidad de Huelva, y publicado en la revista ‘Frontiers in Psychology’.
«Estas experiencias implican un cambio socioemocional en el alumnado, centrándose en los demás, en sus necesidades e intereses, al tratar de ayudarlos a comprender textos, conceptos o facilitar la comunicación con sus compañeros», asegura la autora del estudio.
Para ello, diseñaron e implementaron un cuestionario denominado ‘Music-MeLLE’ en un aula de estudiantes adultos, y les pidieron que se autoevaluaran sobre diversas cuestiones relacionadas con su capacidad de mediación y su estado anímico.
«Un mediador es un ayudante muy necesario para quienes tienen dificultades a la hora de comprender textos, conceptos o para comunicarse en un idioma o cultura extranjera. Es un puente entre los interlocutores, y sobre esta figura queríamos enfocar nuestro trabajo, una habilidad que se valorará a partir de ahora mientras se aprende un idioma», según comenta Cores-Bilbao.
CAMBIO DE PARADIGMA
Este estudio se centra en el cambio de paradigma encabezado por el Marco Común Europeo para el Volumen Compañero de Idiomas (MCER/CV), ya implantado en las Escuelas Oficiales de Idiomas, y las repercusiones que tendrá para la didáctica de idiomas extranjeros, ya que las tareas cooperativas se vuelven centrales para el aprendizaje de otras lenguas.
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