La niña adoptada de China Laura Acosta ha convertido el aprendizaje de chino mandarín en vínculo de unión con su país natal
Laura Acosta es una de las niñas que recaló en España como consecuencia de la adopción masiva internacional de bebés chinos abandonados por la restrictiva política del hijo único. Laura vio por primera vez a sus padres, Irineo y Gloria, el 24 de octubre de 2004, precisamente cuando cumplió un año, y ahora, quince años después de aquel día, está estudiando el idioma de su país natal con el objetivo de recuperar unas raíces que dejó atrás cuando salió de China para vivir en Palencia. «Empecé a estudiar chino cuando solo tenía cinco años porque mis padres pensaron que sería bueno para mí y fue una buena idea», asegura Laura, que reconoce que estudiar el idioma le ha permitido no abandonar del todo sus raíces tras salir del país en el que nació.
El padre de Laura, Irineo Acosta, asegura que decidió que su hija estudiara chino desde tan pequeña para mantener unos lazos con un país del que salió cuando aún no sabía hablar. «Ella no conoce nada de aquello y estudiar el idioma le permite seguir un poco vinculada al país en el que nació. Lo que más le intriga es saber si tendrá algún hermano más, que se guramente que sí porque allí no querían niñas y las abandonaban, igual tiene un hermano», explica Irineo, que tiene otros dos hijos biológicos y uno de ellos, el mayor, también sabe chino.
Los dos hermanos políglotas estuvieron hace dos años en China en un viaje que se prolongó durante un mes y que permitió a Laura conocer un país en el que vino al mundo y del que no guardaba ningún recuerdo. «Estuvimos tres semanas en un campamento a estudiar chino y durante una semana estuvimos en Pekín a nuestro aire», explica Laura, que guarda un gran recuerdo de aquella experiencia, aunque reconoce que regresó a España con una ‘espinita’ clavada, ya que no pudo vivir algo que para ella era muy importante. «Me quedé con las ganas de ir a la ciudad en la que nací, pero es un plan que tenemos toda la familia para ir en el futuro», añade.
Mientras llega ese día, esta española con los ojos rasgados seguirá estudiando esa lengua que tanto tiene que ver con ella, pero también continuará su formación con varios idiomas más. Y es que Laura sabe inglés y, además, está cursando cuarto de alemán y de francés en la Escuela Oficial de Idiomas. «Es lo que le hemos inculcado de pequeña y como le gusta, pues lo saca adelante», asegura Irineo orgulloso con una frase que corroboró su hija. «Me encantan los idiomas y creo que aprender chino es muy importante porque China es un país en el que no se habla mucho inglés y si quieres ir allí y comunicarte con la gente solo puedes hacerlo en su lengua», apunta Laura.
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